CAOS: por El Barón Rojo - 05 de mayo de 2009

Desde hace mucho tiempo el Club Atlético de Madrid es una empresa caótica, donde el tambaleo comienza ya desde el vértice de la pirámide, con una persona que representa al máximo dirigente, al presidente de la entidad, pero que no ejerce como tal, y al verdadero mandamás oculto en su despacho, sin dar la cara ante la prensa ni los aficionados. Lo que ya es lamentable es ver cómo en el club se toman decisiones según la opinión de determinados grupos de aficionados, porque para eso, que dejen el mando a los dueños legítimos, a los hinchas, y dejen de pagar grandes sueldos a ciertos señores.





La semana pasada, no sabía si reír o llorar, o las dos cosas, cuando leo en Mundo Deportivo lo siguiente:



"El 'nuevo Nedved', en la órbita colchonera. El Atlético de Madrid suspira por un futbolista eslovaco del Nápoles, al que consideran el 'nuevo Nedved' por sus cualidades, parecidas a las del checo. Se trata de Marek Hamsik, centrocampista ofensivo que se desenvuelve en la mediapunta y en ambas bandas."



Los que hayan oído las llamadas-broma de Carlitos Way a las oficinas del Atlético de Madrid, y no hubiesen leído esta noticia, estarán en el mismo estado que yo cuando leí que el club va a hacer caso a un showman antes que a Pitarch y sus colaboradores. Carlitos Way llamó en varias ocasiones a las oficinas del club, y ninguno de los ojeadores del club conocía a Marek Hamsik, los cuales se sintieron muy molestos por las llamadas y más por el ridículo que estaban haciendo, y cortaban de mala manera la comunicación telefónica.



Desde La Vida en Rojiblanco, muchos usuarios han reclamado desde el inicio de la temporada más jugadores nacionales en la plantilla. Ha habido partidos donde no había un sólo español sobre el césped. Después de estas discusiones se anunciaba el fichaje de Juanito, actual jugador del Betis.



Poco tiempo después, también desde este foro, se reclamaba a gente de la casa, y al poco tiempo se ficha a Abel Resino.



La presencia esporádica de Simeone por el Vicente Calderón puede que no sea casual, ya que hay un sector que le encanta animar al argentino. Las estatuas que adornan las oficinas también responden al sentir de la afición.



Está bien que se escuche al aficionado, pero no sólo lo que a uno le interesa, pues no se le ha escuchado, por ejemplo, a la hora de decidir si se tiraba abajo el Vicente Calderón, como prometió Enrique Cerezo, o tampoco se ha hecho caso a todos los hinchas que se quejan de la suciedad de las butacas del estadio (salvo donde se sienta Gonzalito Miró y todas esas mujeres promiscuas y 'ostentóreas').



Y donde menos se presta atención al aficionado es cuando se pide que los accionistas mayoritarios vendan sus acciones y dejen paso a gente que sepa dirigir el club. Qué iluso sería uno si pensara que en este tema también iban a hacer caso a la afición. Ni mucho menos. Los que hasta ahora habían triunfado en sus empresas gracias al vil metal, ahora se han encontrado con un club de fútbol, por mucho que se le disfrace con tres siglas, y ahí no vale el parné, hay que tener inteligencia y conocer la idiosincrasia del club, algo harto difícil para un veterinario y un productor de cine que no sabe ni la alineación del doblete, el único de toda la historia del 'cluz'.



Por eso hacen caso al cerebro del aficionado, porque ellos son incapaces ya de sacar a flote la nave, dando signos de debilidad intelectual.



"¡Toc, toc! Amigo Enrique, eche a patadas a Pitarch."



Ya está amigos, ya lo hemos conseguido. Pitarch ya no seguirá la campaña que viene. Sólo hay que pedirlo. Así de fácil. ¡¿Cómo no se nos había ocurrido antes?!



No se puede dirigir una empresa así, con dos señores futbolísticamente ignorantes, uno actuando como si fuese un actor de esa bazofia que llaman cine español, y el otro oculto como si fuese un licántropo, ambos sin acudir a los palcos donde sus empleados se juegan buena parte del futuro de la empresa, y tomando decisiones tras leer páginas 'wez' de hinchas colchoneros.



Algún día todos los periodistas que apoyan una gestión nefasta a cambio de no sé qué intereses, y todos esos aficionados manipulados de igual manera, se les debería pasar factura, aunque el prototipo de aficionado, el que más abunda, voluble, apático, cobarde, egoísta y borrego no da lugar a muchas esperanzas en este aspecto.



Estos días se habla mucho de Berlusconi y toda la vergüenza que rodea al personaje y a la política italiana, donde si no es por la esposa del tirano, el parlamento italiano se hubiera convertido en Gran Hermano. Comentando el caso Berlusconi, me decían en una discusión de sobremesa que les recordaba a personajes como Jesús Gil. Y todos los presentes en la tertulia estaban de acuerdo que personajes estilo Berlusconi sobran en esta vida, ya sea en ámbitos políticos como deportivos.


fuente: www.lavidaenrojiblanco.com

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